Vidas en torno a la matemática

Tomás Zúñiga y Benjamín Riffo, 31 de mayo 2022

La enseñanza de la matemática es un rol complejo, pero importante en los sistemas educativos de todo el mundo. De hecho, no existen establecimientos educacionales donde no se imparta esta disciplina, por lo que es indispensable en las sociedades.

Tanto profesores como profesoras de matemáticas se encuentran frente a “didácticas cambiantes e innovadoras, lo cual requiere una mayor atención por parte de las personas que están dedicadas a la investigación en el campo de la didáctica de la matemática (…)” (Mora, 2003). Estas didácticas, metodologías y tipos de enseñanzas son variadas dependiendo del contexto, del país, de las costumbres.

En ese sentido, es necesario presentar distintas experiencias de cómo se enseña matemáticas en otros países. En este caso, habrá tres vivencias y, por tanto, tres enseñanzas distintas. Las personas entrevistadas respectivamente son: David Grimm (Alemania), Sergei Trofimchuck (Ucrania), Xavier Vidaux (Francia) y Nicolás Thériault (Canadá). Ellos son profesores dentro del área y respondieron a una serie de cuestionamientos que serán evidenciados en este texto, los cuales van desde “el primer contacto” con las matemáticas hasta temáticas como la remuneración en el mundo de las matemáticas.

Infancia y conexión con la matemática

David comentó que su primer acercamiento más profundo fue en el colegio secundario, pero no por su interés en la materia como tal, sino “porque era algo que pude hacer y entender relativamente fácilmente, y me gustó harto que las notas de evaluaciones estaban en mi percepción mucho más objetivos que en otros cursos. Solo a los 16 años descubrí un interés indirecto a través de la física, lo que en esta edad realmente me fascinaba más allá del currículo escolar”.

Señaló que en los primeros dos años de colegio se enfocaban mucho en enseñar cálculo, de sumar y multiplicar en particular. “Me recuerdo que lo hicimos mucho por actividades táctiles, pero también por memorizaciones de tablas de multiplicación (evaluada en forma de competencia al principio de la clase”, dijo Grimm. Por otro lado, explica que había importancia por la adición, multiplicación y división escrita, pero también problemas contextuales que se resolvían con ecuaciones (fáciles). A su vez, aprecia como efectiva la metodología que mezclaba aprendizaje “mecánica” y, al mismo tiempo, los problemas contextualizados.

Sergei, por su lado, comienza diciendo que en su familia siempre ha existido respeto y admiración por las matemáticas, ya que uno de sus bisabuelos era profesor en un colegio rural. Su primer contacto fue cuando leyó uno de los primeros libros que tuvo en mano, “Matematicheskaya Smekalka (Mathematical Quick-Wits en inglés) de Boris Kordemskiy, un libro de entretenidos problemas que desarrollaban el pensamiento lógico”. Recuerda que leyó la palabra topología y le pareció interesante el objetivo de esta ciencia. Acota que era un libro muy popular, pues era de divulgación en la URSS.

Cuenta que al igual que en muchos países, tenía clases de matemática todos los días, eran muchas horas, la mayor parte del tiempo dedicada a los números. Leía libros y resolvía problemas, y actualmente valora el trabajo que hacían sus profesores, revisando esas actividades y poniendo notas. En la misma línea, tiene en la memoria el hecho de salir a la pizarra a resolver ejercicios, y también una buena cantidad de libros de texto muy buenos, que eran los mismos para todo el país. “En mi época se realizaba una controversial reforma de modernización de la enseñanza de matemáticas en la URSS, inspirada por A. Kolmogorov y muy criticada (con razón) por los profesores y académicos. Era reforma de tipo “bourbakista”, repulsiva y poco entendible para muchos, pero la había sobrevivido sin mayores complicaciones”, añadió.

Denota la importancia de las olimpiadas de matemáticas, denominándose como “industria”. Especificó que se trataba de un ciclo anual de olimpiadas, que empezaban en el colegio, luego a nivel ciudad, luego a región, a nivel república (Ucrania en su caso), a nivel URSS y por último internacionales. Sergei afirmó que quienes ganaban una internacional, tenían derecho a elegir universidad a su gusto para seguir en la educación superior (una meta compleja). Entonces, tener ganadores de olimpiadas le daba prestigio al colegio.

A modo de valorar la manera de enseñar, cree que se combinaban bien distintos factores: “un importante tiempo de dedicación, buenos profesores, extra-preparación para las olimpiadas, la importancia de saber matemáticas para seguir estudiando en las universidades”. A la par, indicó que “una sociedad soviética era bastante militarizada y para esto era necesario tener un grupo de personas que podían integrarse bien al complejo militar-industrial del país. Esto requería buena preparación en matemáticas”. 

Xavier reconoce que su relación con la matemática se da exclusivamente a través de la escuela pública francesa, pues no había ningún científico en su familia. Cuenta que el método de enseñanza se enfocaba en aprender algoritmos para resolver problemas simples para poder sumar, por ejemplo. Mucha memorización. Dice que no ve mucha diferencia con lo que se hace actualmente en el Lyceo Francés de Concepción, pero que debe ser aburrido para los niños que entienden rápido. Sin embargo, expresó que, en cuanto a efectividad, este método debe servir para tres cuartos de la población.

Su contacto con la matemática se dio muy tarde según Xavier, pues en su familia no incentivaban el aprendizaje en ese ámbito. Sin embargo, cuenta una anécdota interesante, donde en cuarto medio un profesor mandó a resolver un ejercicio (en la casa), uno que se suponía que no podrían resolver. Vidaux lo logró y lo señala como haber cumplido un “orgasmo cerebral”. Se lo presentó al profesor paso por paso, pero este lo humilló y acusó de hacer trampa. No obstante, pese a esto, Xavier agradece esto, ya que lo llevó a convertirse en matemático, indica que las pequeñas humillaciones lo llevaron a ser quien es, aunque no está de acuerdo con que esto sea un buen método. Aun así, lo considera la realidad de su vida.

Nicolás Thériault, por su parte, cuenta que su relación con el mundo matemático comienza a una muy temprana edad. Este gusto por los números se incrementó según pasaban los años. “En la escuela, especialmente en la secundaria y en los primeros años de universidad, participé en varios concursos de matemática y me iba bastante bien”, comenta. Esta afinidad a las matemáticas contemplaba también un gusto al mundo de las ciencias, pero al “lado más teórico”, explica Nicolás, estas investigaciones terminaban siendo cada vez más matemáticas y concluyó en afianzar más su gusto por este mundo. 

Thériault afirma que en su familia se apoyaba la educación y el aprendizaje del mundo de las ciencias. Las matemáticas pueden llegar a gustarle a una persona, esto va ligado con las facilidades que podría tener esa persona dentro de este aspecto, sin embargo “Uno de mis mejores amigos cuando estudiaba en la universidad llegó a la matemática muy tarde (…). Después de un periodo muy difícil en su vida, cambió totalmente su perspectiva y terminó la carrera con mejor nota que muchos de los/las que habían llegado a la matemática más temprano”, ejemplifica.

Comparación de métodos de enseñanza

David se refiere al ámbito matemático universitario y parte con una premisa sólida: “El contenido presentado en Universidades Alemanes es desde un principio mucho más formalista y rígido que en Universidades Chilenas”, manifiesta Grimm. Afirma que esto pasa porque los contenidos del primer año tienen intersección con contenidos que pasan en el colegio secundario, la enseñanza media para quienes viven en Chile.

Por otro lado, Grimm añade otro sistema alemán que se llama «Technische Hochschulen», el cual está enfocado netamente en la formación profesional, dejando de lado lo académico. De esa manera, señala que tiene la impresión de que las universidades chilenas engloban ambas áreas.

Y en modo de juicio, David no se atreve a decir cuál sistema es más efectivo, porque “ambas continuaciones lógicas de sus respectivos sistemas de colegios”. Concluye con la idea de que las universidades alemanas separan a los estudiantes entre el enfoque académico y profesional, mientras que los estudiantes chilenos, dice, son muy diversos, pues crean una competencia entre académicos y menos académicos.

Sergei se encuentra más inseguro de su respuesta, pues explica que los tiempos han cambiado y que desconoce la realidad actual de Ucrania en términos pedagógicos. Sin embargo, basado en su experiencia, expresa que Ucrania tiene una mayor cantidad de horas dedicadas a cátedra y resolución de problemas, una mayor exigencia en las evaluaciones, donde existe teoría y práctica a la vez. Concluye lo siguiente: “Hay más evaluaciones, un examen final incluye dos preguntas de una larga lista de tópicos a preparar (y esto para todas las carreras) y uno-dos problemas para resolver”. 

Xavier Vidaux, estudiante iniciado en Francia, comenta que no sabe cómo estará el sistema educativo, pero se refiere a que Chile no mejorará su método de enseñanza mientras las cosas sigan como están, Vidaux propone bajar las horas de trabajo a los profesores y que también se reduzcan los estudiantes por sala de clase, de no hacerse esto, el profesor opina que “creo que no hay método que pueda ayudar”.

Por su parte, Nicolás Thériault, menciona que en Canadá el sistema educativo referido a la matemática se concentraba en explicar bien los conceptos y que se aprendieran en su totalidad antes de avanzar a otros temas, “en la escuela nos enseñaban la aritmética de enteros en detalles antes de comenzar a ver fracciones”.

Su comparación con Chile va enfocada en mirar a sus hijos, quienes están cursando sus años de enseñanza, donde explica que en este país se intenta enseñar de todo un poco al mismo tiempo, para luego ver la misma materia el año siguiente. El profesor concluye que “entre hacer muchas cosas al mismo tiempo o pocas cosas a la vez, creo que se aprende más tomando el tiempo necesario para hacerlo bien la primera vez y no repitiendo cosas vistas rápidamente”.

Motivación de la docencia

David, se refiere a su primera motivación para ser profesor, una que recae en reflexionar sobre problemas profundos y comunicar estas ideas con personas que estén interesadas en estos problemas. “Tengo una motivación social”, asevera Grimm. Explica que siempre está feliz de elevar a sus estudiantes a un nivel donde sientan motivación social a pesar de ciertas situaciones económicas desfavorables que sufren algunos.

Por otro lado, también profundiza en que, cuando discute matemáticas, lo hace con el finde olvidarse de lo material, de lo mundano, por lo que al momento de trabajar no está reflejando un impacto social. Aun así, mantiene un interés pedagógico, lo que define como: “Trato de ayudar al alumno en desarrollar su propia forma de pensar sobre un problema (aún que podría ser bien distinta de la mía), y poder hacer eso encuentro como un desafío pedagógico interesante”.

Sergei, por su parte, lo explica de una manera más filosófica, reflexionando sobre si el matemático había elegido su profesión o era la matemática que lo habría elegido a él. Comenta que un colega suyo siempre afirmó que habrá un porcentaje de personas que solo saben hacer matemáticas, solo eso y nada más. Es decir, un desarrollo permanente y reservado para este tipo de gente. Enseñar y compartir conocimientos como parte fundamental de la “orgánica de la vida de un matemático”.

Xavier comenta que, si bien no estaba muy pendiente en estudiar, se encargaba de enseñarles a sus compañeros algunos contenidos que ellos no entendían o necesitaban un repaso. Esto lo llevó a hacer clases particulares desde los 16 años. Vidaux menciona que este trabajo lo ayudaba en lo económico y aprender las responsabilidades pedagógicas, además asegura que “da gusto cuando un estudiante logra entender algo que no había entendido”.

El profesor revela que con estos primeros pasos como docente se dio cuenta de que algunos de sus profesores de matemática se dedicaban a enseñar el método, dejando de lado el hecho de explicar realmente, lo que es terrible para estudiantes con menos afinidad o disposición a las matemáticas. “Ellos necesitan más explicación del “por qué”, y menos del “cómo”. Desafortunadamente, muchos piensan lo contrario, y hacen repetir el mismo algoritmo al pobre estudiante hasta que lo memorice, sin explicarle nunca porque funciona el algoritmo”, explica.

Vidaux finaliza con la aproximación de que su gusto por la docencia no fue planeado ni pensado, sino que fue algo más espontáneo, que terminó concretando cuando “tuve que dar clases en la universidad (desde mi cuarto año creo)”, asegura que el ser profesor significa transmitir conocimiento y finalizando con la formación de doctores.

Nicolás Thériault, por otra parte, explica que su pasión por la docencia se fue incrementando de a poco con el tiempo. En la secundaria ayudó a uno de sus compañeros con una materia que se le hacía difícil y luego en la universidad comenzó con las ayudantías, esto lo terminó acercando cada vez más con la enseñanza matemática, añade que “Durante el magíster y doctorado di las clases de práctica para varios cursos, y encontré que me gustaba”. 

El profesor afirma que hay un objetivo social que significa mucho para el desarrollo personal de los estudiantes y del país en general. Concluye mencionando y opinando que “alcanzar una buena educación es una de las mejores maneras de reducir las desigualdades sociales”. 

Remuneraciones en el mundo laboral

El profesor David comienza diciendo que en su país de origen las remuneraciones para los profesores de colegio son buena, afirmando que la seguridad de trabajo, la jubilación estatal, los contratos fijos, buen tiempo para la preparación de clases, establecen excelentes condiciones laborales. Con esto, él compara las realidades, en este caso, con Chile, evidenciando que acá no existen estas condiciones. “No creo que ni profesores con jornadas completas en Chile puedan competir con profesores de colegios en Alemania (la situación económica y social de profesores de Universidad en Alemania es mejor aún, pero hay pocos puestos)”. Según sabe, explica, en Chile no se paga bien esta profesión, es poca segura y las condiciones de trabajo son bastante malas en general, dando por resultado que los docentes tengan que trabajar en distintos colegios o instituciones a la misma vez.

Finalmente, Grimm hace hincapié en que la organización de la profesión pedagógica matemática en Alemania es eficiente. Por otra parte, dictamina que en Chile hay muchos profesores por hora y duda que remuneración sea la adecuada.

Sergei, en su opinión, dice que los matemáticos son de lo mejor remunerado en muchos países. “Todos mis compañeros egresados de la Facultad de Matemática y Mecánica de la Universidad Taras Schevchenko en Kyiv han seguido caminos bien exitosos en distintos países”, sostuvo el docente. En síntesis, declara que da para una vida normal y equilibrada, incluso enunciando que la situación es similar en Chile a su parecer.

Tanto en Chile como en Francia los sueldos no son adecuados al nivel de estudios, comenta Vidaux. Sin embargo, añade que no son sueldos bajos, aunque de todas formas se pregunta “¿por qué con un nivel de estudio mucho menor, muchísimos profesionales ganan mucho más? Los mejores terminan en la academia, empiezan a recibir un sueldo cerca de los 26 o 27 años, en los buenos casos, y su sueldo terminará como la mitad del sueldo de un ingeniero de nivel medio”. Además, menciona que la docencia es una cosa de pasión y que los mejores y más apasionados no dejarían “la academia por una empresa, justamente porque la investigación es su pasión”.

Añade que es una visión política a corto plazo, sin embargo, lo que moviliza al mundo va más en el largo plazo, en la investigación fundamental, no la ingeniería básica, ni la administración, ni tampoco el negocio, respetando a cada una de esas profesiones que no son menos importantes.

Xavier hace referencia y termina con que para hacer más interesante la docencia se debe hacer un reequilibrio de las remuneraciones y dejar de hablar de proyectos, que lo único que genera es un conflicto dentro del área docente.

Nicolás apoya la visión de Vidaux en que los trabajos, especialmente los relacionados con las matemáticas, no reciben la remuneración que merecen. No obstante, habla sobre que “una buena formación en matemática puede abrir muchas puertas y dar importantes ventajas a futuro”, sobre todo por la gran variedad de herramientas que entrega este mundo.

Thériault añade que, tener las enseñanzas matemáticas puede ayudar en áreas de la ciencia y economía, incluso siendo más importante que la formación inicial de cada una de estas áreas. Esto puede ayudar a que “alguien con formación en matemática y con la mente y los ojos abiertos puede alcanzar buenos sueldos”.

De esta manera, se complementan cuatro experiencias docentes de distintos países, explicando la realidad de la docencia y enseñanza matemática a nivel internacional, lo que permite realizar una comparación con la realidad chilena en términos de cómo se cultiva su aprendizaje, las motivaciones, los métodos y el ámbito salarial.

Con esto, se evidencian realidades distintas que terminan concluyendo y opinando sobre sus visiones de un Chile a nivel educativo, que no está como debería y que no se preocupa de los próximos profesionales. Un país donde se premia más a otras áreas y deja de lado un compromiso con los y las que en un inicio les enseñaron a esas personas que ejercen en las áreas más beneficiadas económicamente. 

Académicas de la Usach realizaron conversatorio Violencia hacia las Mujeres en las Ciencias

La iniciativa creó un espacio de diálogo sobre los problemas que genera la discriminación de género en la universidad, ciencia y tecnología.

Benjamín Riffo

                                                                                                                                          Tomás Zúñiga

Fuente: Noticias UNAB

La Dirección de Género, Diversidad y Equidad y el Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática realizaron el conversatorio Violencia de Género hacia las Mujeres en las Ciencias, donde se dio espacio a la reflexión colectiva con respecto a la identificación de problemas y soluciones en cuanto a esta problemática.

En esta instancia, participaron la Dra. Ana Luisa Muñoz García, de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Dra. María Cecilia Hidalgo Tapia, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2006, directora del Fondo de Financiamiento de Centros de Investigación en Áreas Prioritarias (FONDAP) de Estudios Moleculares de la Célula de la Universidad de Chile y presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, la Dra. María José Galotto,  vicerrectora de Desarrollo e Innovación de la Usach, la Dra. Laura María Pérez, profesora en el Departamento de Astronomía en la Universidad de Chile, la Dra. Claudia Vargas Díaz, directora del Museo Laboratorio de la Didáctica de la Matemática, y por último Mónica Maureira, quien moderó la charla.

Todas las académicas estuvieron de acuerdo con que la violencia de género hacia las mujeres en las ciencias no es un problema solo de ellas, sino que uno que engloba tanto a hombres y mujeres, por lo que ambas partes debían hacerse cargo. “(…) no veo a mis colegas de género distinto haciendo esta pega. Quita mucho tiempo desviarse de un foco científico para poder solucionar el problema discriminatorio”, señaló Pérez.

Asimismo, se conversó sobre cuáles eran las principales fallas en este contexto, cómo y por qué se generaba la desigualdad entre hombres y mujeres en la academia. Muñoz apuntó que este conflicto está dado en un espacio donde existe “ausencia de protocolos, conversaciones, complicidad institucional, apoyado por la ausencia de instancias a las quejas en contra de esos actos. Es un problema institucional y cultural”. Por lo mismo, la profesora declaró que esto se soluciona con diálogo, con una apuesta política, y que los castigos provisorios no solucionan el problema.

Dentro de la conversación, apareció la temática de la brecha que diferencia a hombres y mujeres, que apunta a un origen que tiene relación a los prejuicios hacia estas. La Dra. Hidalgo comentó que en el 2015 se publicó una revista en distintos países europeos, donde el 70% de los encuestados afirmaron que las mujeres no tienen talento para ser líderes científicas, con varias descalificaciones. 

La ganadora del Premio Nacional de Ciencias Naturales de Chile indicó que a estos prejuicios hay que desenmascararlos. En la misma línea, Galotto ejemplificó con que solo un 38% del personal académico de universidades pertenecientes al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) son mujeres. Y, a su vez, la Dra. Muñoz añadió que ha habido solo una mujer becada por FONDAP en física en 10 años.

“Siempre van a buscar algo para dejarte fuera, asumen que estás equivocada, eso significa perder el trabajo, el sustento y ganancias que se alcanzan en el camino. ¿Cómo nos defendemos? ¿Cómo nos cuidamos?”, dijo y se preguntó la Dra. Vargas. Así, se llegó a cómo solucionar el problema, donde las académicas entregaron sus visiones personales sobre esto. 

La profesora Hidalgo comenzó diciendo que se deben derribar mitos como que las niñas no son buenas para las matemáticas y que se debe comenzar a educar a estas de tal forma que puedan luchar contra este tipo de discriminaciones, además mencionó que apoyar a las científicas mujeres es fundamental. Muñoz, también, aportó la importancia de que se generen redes feministas, las cuales estén atentas y activas ante esta problemática, que son “necesarias para entender la violencia de género y construir un respaldo institucional”. La idea que expresaba era promocionar la sanción y la prevención hacia la discriminación, pero que también se necesita diálogo colectivo, porque los sancionados necesitan saber por qué los están sancionando.

Repleto de soluciones fue cómo terminó este encuentro que reunió a grandes académicas y que han sido un aporte dentro del mundo científico, todo mientras luchan contra las injusticias, violencias y discriminaciones que viven ellas y muchas más.

¡En una maratón científica!

Tras una intensa jornada científica y con la participación de tres académicos de la Universidad de Santiago. Claudia Vargas, perteneciente al Departamento de Matemática y Ciencias de la Computación, se extendió durante 5 minutos explicando «¿Por qué las matemáticas están en nuestras manos?» y cómo estas están presentes en nuestro día a día y se relacionan directamente con la naturaleza, el arte, la arquitectura y más!

Encuentra la participación completa de Claudia en el Festival de la Ciencia en su versión Sur Poniente y la participación de Sylvana Vega y Sergio González, los otros dos académicos de la USACH en el siguiente link.

https://vime.usach.cl/noticias/usach-participo-activamente-en-festival-de-la-ciencia-feci-2021

¡Participa de este gran evento!

Como Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática, dejamos la invitación y acceso al documental Picture a Scientist, el cual estará liberado a todo público los días 26, 27 y 28 de noviembre. Este metraje aborda los logros y la importancia de las mujeres en las ciencias, que contra las adversidades que existen en el sistema, tales como la desigualdad de género, el acoso sexual y la falta de oportunidades, llevan a cabo sus investigaciones y aportan avances sustanciosos para la ciencia.

Para obtener el código de acceso, inscríbete en este enlace: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdO1LDMYvaz9fcikTyn8WvEXBfrKQNxx6GlJ8y6OarrHTy5dA/viewform?vc=0&c=0&w=1&flr=0

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GRAN PARTICIPACIÓN REFLEJA INTERÉS DE ACADÉMICOS EN SEMINARIO DICYT “DIMENSIÓN AFECTIVA Y ANÁLISIS PSICOMÉTRICOS EN PRUEBAS ESTANDARIZADAS”

El pasado lunes 18 de octubre la Universidad de Santiago de Chile a través de la  Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICYT), en alianza con el Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática, y con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación Desarrollo e Innovación (VRIDEI), dieron inicio al primer capítulo del “Seminario Dimensión afectiva y análisis psicométricos en pruebas estandarizadas”.

LA ACTIVIDAD, QUE TENDRÁ UN PRÓXIMO CAPÍTULO EL LUNES 25 DE OCTUBRE, SE ENMARCA EN EL DESARROLLO DEL PROYECTO DICYT USACH “ACTITUDES Y CREENCIAS QUE AFECTAN A LA BRECHA Y AL DESEMPEÑO DE ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN MEDIA EN LA PRUEBA SIMCE DE MATEMÁTICA”.

La actividad se enmarca en el proyecto DICYT titulado “Actitudes y Creencias que afectan a la brecha y al desempeño de estudiantes de Educación Media en la Prueba SIMCE de Matemática”. Este tiene como punto de interés la posibilidad de poder contar con la opinión de los y las profesoras con respecto de las emociones, creencias y actitudes propias y acerca de lo que perciben en sus estudiantes.

En palabras de la investigadora principal del proyecto, Directora del Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática Usach y académica del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación, de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Santiago, Dra. Claudia Vargas Díaz,  “para el proyecto resulta vital contar con la reflexión de los especialistas en el aula, es decir, el profesorado, esto porque muy pocas veces se considera lo que el docente vive en el aula escolar” señala.

Durante el primer capítulo de la actividad, la temática se centró en las emociones hacia la matemática, la especialista comenta que la jornada superó las expectativas que tenían, pues se creó un clima de confianza, donde el profesorado compartió sus experiencias, afianzando la necesidad, no solo de hablar de la dimensión afectiva, sino también de hacer laboratorio e investigar pensando en la misión del Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática.

El seminario también destacó al componente humano como parte fundamental en el aprendizaje. Durante el desarrollo del mismo se produjo una nutritiva participación activa de profesores y profesoras, pues “con cada intervención fue posible establecer un diálogo aún más clarificador con las expositoras”, detalla Carolina Jamett G, Profesora de Estado en Matemática y Computación, quien participó activamente de la actividad.

Reflexiones en torno al tema

Dentro de las conclusiones que se obtuvieron de la realización de este primer capítulo, la Dra. Claudia Vargas destaca la necesidad para el sistema escolar de otorgar espacios de discusión sobre temas que desde antes de la pandemia se discutían, pero que ahora cobran mayor relevancia, dado que hay una mayor conciencia de la importancia de las emociones en el aprendizaje. “Nosotras, junto a Claudia Matus Correa (académica del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación), estamos conformes con la primera jornada y con esta experiencia vamos delineando nuestro proceder presente y futuro al servicio de la comunidad escolar. Como investigadoras queremos estar al servicio de la educación”, enfatiza.

Carolina Jamett G. destaca por su parte, el impacto que que conlleva para los alumnos y alumnas, las creencias, sus entornos, los sucesos que viven, y cómo ellos los marcan de tal manera que muchas veces no logran conectarse con la asignatura, o al revés, si algo los motiva, logran tener un amor por la matemática que se ve en sus ojos.

“Lo que me inquieta es que no se puede establecer una solución porque cada realidad es diferente, pero es importante buscar patrones del rechazo hacia la asignatura para poder, de algún modo, ir aportando para que los estudiantes logren tener cariño por la matemática” reflexiona la profesora Jammett.

Javiera Muñoz, moderadora del seminario y estudiante de  cuarto año de Pedagogía en Matemática y Computación de nuestra casa de estudios, opina que la sociedad se ha quedado atrás en temas de la investigación de las emociones, específicamente en el área de la pedagogía. “Se ha visto a los y las estudiantes como entes que deben rendir académicamente, que deben sacar buenas notas, y si les va mal es porque no estudiaron lo suficiente, porque no entendieron el contenido, porque el profesor es malo. No se ha puesto la suficiente atención en el hecho de cómo influyen las emociones en el proceso de aprendizaje”, explica.

Todas concuerdan, así mismo, en que los y las profesoras que ingresaron a este seminario, están profundamente comprometidos con mejorar las prácticas docentes, con mejorar la educación y ser un aporte real para acercar de manera atractiva la matemática, y por qué no otras asignaturas también, a sus estudiantes.

Directora de Género USACH destaca el trabajo del MLDM

La académica enfatizó en una mayor participación de las mujeres en proyectos investigativos.

Karin Baeza

La Directora de Género y socióloga de la USACH, Karin Baeza, destacó el trabajo de “Matemática enactiva” con el objetivo de potenciar la igualdad entre hombres y mujeres en los proyectos investigativos que lleva a cabo la universidad.

Baeza indicó que trabajos como el que llevó a cabo el Museo Laboratorio de la Didáctica de la Matemática (MLDM) enriquecen la diversificación del conocimiento en áreas como la matemática, que aún presentan una desigualdad respecto al desarrollo de las mujeres versus los hombres. “Lo entiendo como un asunto de justicia y de reconocimiento, como una señal muy importante para el quehacer académico nacional”, señaló la académica.

La directora hizo hincapié en que aún existen brechas de género importantes en la academia, un conflicto que es parte de la cultura, el cual “privilegia el desarrollo y desempeño de los hombres en áreas del conocimiento como las matemáticas”. De esta manera, también critica y anima a cambiar la sociedad patriarcal, que no permite un progreso intelectual igualitario.

A su vez, la socióloga mencionó que el estudiantado consigue un mayor aprendizaje al participar en estos proyectos y también fortalecen las relaciones entre ellos mismos, junto a las y los profesores a cargo de estas investigaciones.

En ánimos de proyección, Karin Baeza hizo un llamado a fortalecer la participación y el protagonismo de las mujeres en todos los niveles de educación como lo son, por ejemplo, proyectos de investigación e innovación.

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